El lipedema fue diagnosticado por primera vez en el año 1940 por Allen y Hines. sin tener entonces ningún tratamiento. Fue a principio del siglo XX cuando los cirujanos alemanes comienzan a utilizar la liposucción para el tratamiento del Lipedema. Esta solución quirúrgica es cara, en general se necesitan entre dos y tres cirugías, el postoperatorio es duro (un mes de baja), y sobre todo solo trata el síntoma y no la enfermedad desencadenante. Además como cualquier cirugía tiene su propio riesgo.
En el Instituto del Lipedema investigamos sobre esta patología desde el año 2007, intentando encontrar el origen para tratar a la vez los síntomas del Lipedema (dolor, volumen localizado en las piernas, baja respuesta a dietas y otras), y especialmente el desencadenante, sin necesidad de cirugía. Solo así conseguiremos mejoría y además evitaremos recaídas a medio y largo plazo.
Actualmente hemos desarrollado un tratamiento, Lipomesoplastia, que junto con una dieta cetogénica antiinflamatoria (no todas las dietas cetogénicas son antiinflamatorias), consigue pérdida de peso localizada..
Conseguimos que entre el 50 y el 70% de la perdida de grasa del Lipedema, se consiga, junto con la dieta, en la zona tratada con la Lipomesoplastia.
Los efectos secundarios y riesgos son mucho menores que con la cirugía, y como además se trata el desencadenante inflamatorio, podemos tener un gran efecto a largo plazo.